Si el comportamiento de Sasha durante la
llegada de las dos "negritas" y el celo de Miranda me confirmó la
importancia de una buena enseñanza desde pequeñito, la falta prácticamente
total de educación de Ophelia y Miranda me ha reforzado esta opinión.
Al haber vivido los primeros años de su vida
como perra de cria, Ophelia tuvo pocas oportunidades de recibir una educación.
Miranda nació poco antes de su abandono por lo que tampoco disfrutó de una
educación temprana. Desde su adopción
por mi amiga vivieron las dos muy felices en un apartamento dando sus paseos
diarios, pero, como su ángel de la guarda ya estaba enferma cuando las reocogió,
no tenía ni las fuerzas ni las ganas para dedicar tiempo y esfuerzo a una
educación en serio. Lo único que sabían
cuando llegaron era atender a su nombre, que no es poco porque su nombre fue
cambiado después de ser rescatadas, y "A dormir" cuando se retiraban
a su cama. Desde el lado positivo, sí pasaron mucho tiempo en la calle y en
situaciones sociales por lo que se comportan muy bien en una cafetería o
restaurante.
Ya hemos comentado la obsesión de Ophelia por
la comida que la inducía a excitarse demasiado a la hora de comer. Este
problema pudo ser atenuado con la introducción de la bandeja con pelotitas
entre las cuales se desparramaba la comida seca para que así se entretuviese
buscando las bolitas mediante el olfato. Se ha progresado aún más en este
sentido con la transición a una dieta natural.
Parece que esta comida le satisface más tanto física como
psicológicamente, de manera que, aunque todavía se excita a la hora de comer,
no demuestra las mismas ansias de antes, y durante el resto del día no está
obsesionada por buscar entre las basuras por lo que el cubo de la basura ya
puede estar en su lugar normal ¡y no sobre la encimera de la cocina!
Observándola, se pudo apreciar que Ophelia
tiene una gran necesidad de ejercitar la boca por lo que cada dos días o así se
les da a los tres un hueso carnoso que la entretiene durante un buen rato. Esta
actividad bucal también contribuye a
calmar la obsesión por la comida.
Otro aspecto de su comportamiento que reclamaba
una intervención urgente era la manera de caminar con la correa. Estaban acostumbradas al arnés, pero un
arnés de un solo punto de enganche en la espalda con lo cual tendían a lanzarse
hacia adelante. Esta tendencia fue
exacerbada por el hecho de que siempre paseaban con correas extensibles de
manera que estaban acostumbradas a caminar a una buena distancia por delante de
la persona que las llevaba. Siendo pinschers con una tendencia natural a
lanzarse ante el más mínimo estímulo, este comportamiento resultaba muy
incómodo.
El primer paso fue cambiar sus arneses y ahora
usan arnés con un punto de enganche en la espalda y otro en el pecho. El segundo
paso fue eliminar las correas extensibles, sustituyéndolas por correas de doble
enganche. El cambio se notó desde el comienzo.
El tercer paso fue introducir la técnica de
"peinar" la correa para animarlas a permanecer cerca de la persona
pero sin tirones y sin "ahogarlas". Esta técnica está resultando ser
muy eficaz de forma que ahora caminan más tranquilas junto
a la persona.
Evidentemente de vez en cuando les llama
poderosamente la atención algún acontecimiento durante el paseo y en estos casos
alternando las señales alternas en cada lado de la correa me permite atraer de
nuevo su atención para que puedan seguir el paseo con calma.
Estas técnicas utilizadas "in vivo" por decirlo de alguna
manera son reforzadas por sesiones muy cortas de trabajo de pista utilizando el
laberinto y un slalom. Más adelante
cuando haga menos calor se ampliará el repertorio de la pista. Así, trabajando
con cada una de forma individual, pueden ir aprendiendo y asimilando las ideas
de lo que se pretende de ellas.
Una cosa muy valiosa fue que durante unos días
pasados en la montaña pudieron correr libremente sin correa. Estando en un entorno desconocido con
infinidad de olores muy interesantes las dos perritas pudieron disfrutar por
primera vez de una libertad sin los requerimientos y las limitaciones de la vida
urbana. Responden muy bien a su nombre, por lo que acudían a la llamada. Seguramente
también aprendieron de Sasha que está acostumbrado a andar suelto y sabe
gestionar esta libertad mianteniendo una distancia prudencial.En mi opinión, esta experiencia les permitió
aprender a gestionar su libertad y a ser responsables de su propio
comportamiento. Los frutos se han cosechado a la vuelta porque caminan mejor y
más sosegadamente que antes con la correa puesta.
En cuanto a la zoofarmacognosis, siguen
aceptando una gama de aceites tales como la hoja de violeta, mimosa, jazmín, lúpulo
e incienso, pero la ingestión del aceite de cáñamo por parte de Ophelia se ha
detenido. Un día Miranda tuvo una
reacción muy interesante ante dos aceites que no se le habían ofrecido anteriormente,
el loto rosado y élemi. Al olfatear el
aceite de loto emitió un suspiro largo y profundísimo, y con el aceite de élemi
su respiración ralentizó de manera notable.
La educación de la dos niñas se ha iniciado y
creo que va por buen camino. Será un viaje interesante.